TUENTI

Queen of Darkness

ALIADOS EN LA OSCURIDAD

martes, 2 de febrero de 2010

Capítulo 5

Un día íbamos dando un paseo por una calle que me resultaba familiar. No fui consciente de lo bien que la conocía hasta que llegamos al parque. Me paré en medio de la calle y miré dentro, al banco. Estaba vacío. A mi cabeza llegaron un montón de imágenes de los momentos vividos en ese banco. Entonces me fijé y vi que había alguien en la pista.
Era él. Era Aarón con Marcos, Jonathan y Eduardo. Estaban jugando al baloncesto.
Ana y Sara se dieron cuenta de que me había parado y vinieron hacía mí.
- ¿Estás mirando a Aarón?
Miré a Ana sin creerme lo que había dicho.
- ¿Le conocéis? –pregunté, con los ojos como platos.
- Claro, íbamos juntos a clase.
- ¿Tú de qué le conoces? –intervino Sara, unos pasos alejada de Ana.
- ¿Recordáis lo que os conté? El chico del que hablaba era Aarón.
- ¿Que el chico que te quita el sueño es Aarón? No me extraña, chica, la verdad es que está muy bueno.
- Nos sorprendió el día que apareció con el pelo corto. Le quedaba bien largo.
- Sí, pero da igual. A este chaval le queda todo bien. Y sus amigos no se quedan atrás.
- Ya, Sara, pero como Aarón no hay ninguno…
Me dijeron que entrara a hablar con él, pero me negué. No me sentía preparada.

Durante una semana pasamos día tras día por allí, y siempre intentaban convencerme para entrar, pero no me atrevía. Un día me decidí, tal vez una de las razones fuera que me empujaron hacia la puerta. Me armé de valor y fui hacia el banco a sentarme. Les observé jugar al baloncesto y sentía los ojos de mis amigas clavándose en mí a través de la verja del parque.

No podía seguir ahí, no quería que me viera. Lo peor era que el banco estaba cerca del camino que unía la pista con la puerta, por donde tendrían que pasar para irse.
Me levanté, dispuesta a marcharme, pero entonces vi que recogían sus cosas. Si me dirigía a la puerta me cruzaría con ellos, que era lo que menos me apetecía en ese momento, por lo que me volví a sentar.

Les observé mientras iban hacia la puerta para salir. Por fortuna iban hablando y no se fijaron en mí cuando pasaron cerca.
Al fin llegaron a la puerta y ya salían cuando Aarón se giró y miró al banco, donde yo seguía sentada con cara de susto. Parecía que simplemente miraba pro mirar y que no esperaba encontrarse a nadie allí, ya que se sorprendió al verme.
¿Me reconocería? Estuvimos mirándonos durante un momento y su cara reflejaba que estaba haciendo un verdadero esfuerzo por saber quién era.
Miró a sus amigos y les dijo algo. Ellos me miraron y asintieron. Aarón se giró del todo, como con intención de acercarse. Pensé que iba a venir conmigo pero entonces entraron cuatro chicas en el parque y una de ellas le abrazó y le dio un beso, al igual que las demás hicieron con sus amigos. Aarón le devolvió el beso a aquella chica, pero me miró con una cara que no sabría describir. En su rostro se mezclaban la culpa, la tristeza, el reproche, ¿el miedo?

Mi mayor miedo se hacía realidad. Estaba con otra. Sentí un intenso dolor en el pecho y se me nubló la vista. Perdí el equilibrio y estuve a punto de golpearme la cabeza con el banco, pero unos brazos me agarraron y me ayudaron a incorporarme de nuevo. Eran Ana y Sara, que habían entrado corriendo. Miré a la puerta y los demás ya no estaban.
Mis amigas se sentaron a mi lado y siguieron sujetándome, tal vez pensaran que iba a volver a perder la cabeza. Me miraban con preocupación.
- ¿Quién era ésa?
- Pues… creo que está claro. Era la novia de Aarón. Y las otras tres las de sus amigos. –dijo Sara, con una cara de odio que me hizo entender que no le caían bien aquellas chicas.
Lo había dado vueltas intentando encontrar otra explicación, pero era evidente que no la había. Aarón tenía novia, me había olvidado.
La verdad era que no me sorprendía. Era normal que le gustase más ese tipo de chica que yo. En Sevilla había muchos chicos detrás de mí, eso era cierto, pero yo era bastante normal comparada con ella. Donde estuviera una chica rubia de ojos azules, la típica Barbie que le gustaba a todos los chicos, no tenía nada que hacer una morena de ojos marrones.
Además, si Aarón tenía novia era culpa mía. Si no hubiera desaparecido sin decir nada eso no habría ocurrido. Habríamos seguido juntos.
- ¿Por qué no me lo habíais dicho? Lleváis una semana diciéndome que entre a hablar con él y no sois capaces de decirme que tiene novia. He hecho el ridículo.
- En realidad no sabíamos que estaban juntos. La última vez que los vimos fue antes del verano y Anabel llevaba todo el curso tirándole los trastos a Aarón, pero él pasaba de ella. Parece ser que ha conseguido lo que quería. –Ana parecía no creerse lo que había sucedido.
- Sí, comerle la boca al chico más guapo y más popular del insti. Anda que no es lista la niña…
- Vámonos a casa, no me encuentro bien. Esto no ha sido una buena idea.

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