TUENTI

Queen of Darkness

ALIADOS EN LA OSCURIDAD

martes, 2 de febrero de 2010

Capítulo 21

*VERÓNICA*
Me había levantado pronto, demasiado pronto para ser domingo, y no tenía nada que hacer. Llevaba toda la mañana dando vueltas por la casa y, de pronto, me acordé de algo.
Cogí el móvil y llamé a Anabel, que tardó en responder.
- ¿Diga?
- ¿Anabel? Soy Verónica.
- ¡Ah, dime! Es que ni siquiera he mirado el número…
- ¿Nos podemos ver?
- ¿Ahora? Vale, ¿en diez minutos te paso a recoger?
- Sí, vale. Hasta ahora.
Colgué.

Mientras esperaba que viniera a buscarme, recordé la conversación que habíamos tenido hacía casi tres semanas, cuando mi hermana aún estaba en el hospital.

*Dos semanas y media antes*
- ¡Vale, os lo voy a contar!
Guardaron silencio esperando oír mi historia, el motivo por el que no quería que Natalia y Aarón estuvieran juntos.
- Cuando me vine a vivir aquí echaba mucho de menos a mi hermana, y esperaba con impaciencia las vacaciones para estar con ella pero, a medida que pasaba el tiempo, me fui dando cuenta de las cosas. Cada vez que faltaban pocos días para que Natalia volviera aquí, mi madre y mi abuela no hablaban de otra cosa, sólo querían ver su niña mayor… Un tiempo después, cuando ya iba al colegio, conocí a un niño que me pareció muy simpático, y tenía el encanto propio de los niños mayores, esos en los que siempre nos hemos fijado justo por eso, por ser mayores. Intentaba acercarme a él y hablábamos algunas veces, pero yo notaba algo raro. Las siguientes vacaciones me di cuenta cuando le vi junto a mi hermana en el parque… Sí, ese niño que me gustaba era Aarón.
Paré de hablar un momento, mientras ellas asimilaban lo que yo acababa de contar, y continué.
- El día que Natalia discutió con mi madre y dijo que no volvería, me alegré. Pensé que, al no estar ella, mi madre me haría más caso, pero me equivoqué. Desde entonces no dejaba de lamentarse por la marcha de su hija mayor, sintiéndose culpable de toda su desdicha. Pero la ausencia de Natalia no se notó únicamente en mi casa. Aarón no dejaba de hablar de ella y yo no sabía qué hacer para sacársela de la cabeza. Nunca se fijó en mí, y nunca se dio cuenta de lo que sentía por él. Pero cuando llegaste tú, Anabel, tuve una idea. ¿Qué chico en su sano juicio se resistiría a una rubia como tú? Aunque sólo fuese para olvidarse de mi hermana, Aarón se dejó seducir por ti y, aunque siguiese sin fijarse en mí, si a Natalia se la ocurría volver, le vería contigo y se daría cuenta de que ya no tenía posibilidades con él. Y, mientras tú estés con él, ella no se acercará…

*Vuelta al presente*
Cuando el timbre sonó, dejé de recordar las explicaciones que les había dado a mis amigas.
Salí y Anabel y yo fuimos a dar una vuelta.
- ¿De qué querías hablar? –me preguntó.
- ¿Tú sabes algo de una fiesta que hubo ayer en casa de los amigos de Aarón?
- Primera noticia que tengo…
- ¿No te han dicho nada? Era una fiesta para celebrar que tu novio ya está bien.
- Pues no sabía nada. No me invitaron. Supongo que sería sólo entre sus amigos y él.
- ¿Desde cuándo mi hermana es uno de sus amigos? Porque ella fue a la fiesta. Hablamos por teléfono un rato antes, porque no sabía qué ponerse.
- ¿Que tu hermana estuvo allí? ¿Con Aarón?
- Con Aarón, Marcos, Jonathan, Eduardo, sus dos compañeras de piso y bastante más gente según me contó…
- ¿Y dices que la fiesta fue en casa de los amigos de Aarón?
- Sí, ¿no viven los tres juntos?
- Sí… Por eso no me han invitado… Marcos no lo ha permitido…
- ¿De qué hablas?

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