TUENTI

Queen of Darkness

ALIADOS EN LA OSCURIDAD

lunes, 8 de febrero de 2010

Capítulo 25

*MARCOS*
Las siete y media de la tarde. Jonathan y yo salimos de trabajar y esperamos a Ana, Sara y Eduardo. A las ocho salieron y nos montamos todos en el coche; todos menos Jonathan, que tenía el suyo e iba para otro lado.
Dejé primero a las chicas en casa. Natalia no estaba. Después dejé a Eduardo y guardé el coche en el garaje.
- ¿Dónde vas? –me preguntó Edu, viendo que no tenía intención de entrar en casa.
- Me voy a dar una vuelta. ¿Te vienes?
Le había preguntado sólo por cortesía, pero esperaba que su respuesta fuera negativa, ya que mi intención era buscar a Natalia.
- No, me quedo aquí, voy a comer algo y a descansar un rato.
- Vale tío, luego nos vemos.
Empecé a caminar sin rumbo, no sabía dónde buscarla. Entonces se me ocurrió mirar en el parque.

Sí, estaba allí. Me acerqué sin hacer ruido para darla una sorpresa.
- Hola guapa.
Se giró y, a darse cuenta de quién era, sonrió como nunca la había visto sonreír.
Esa sonrisa me hizo pensar que había merecido la pena buscarla y sus labios me dieron ganas de besarla, pero no lo hice, no quería que se volviera a enfadar conmigo.
- Siéntate conmigo. –me dijo, palmeando el sitio que había a su derecha.
Me senté y la miré. En realidad desde que había llegado no había dejado de mirarla…
- ¿Es casualidad que nos encontremos o me estabas buscando?
- ¿Qué te gustaría que te respondiese? –pregunté, mirándola a los ojos.
- Quisiera saber la verdad… Me gustaría que me dijeras que me estabas buscando, pero tampoco estaría mal que fuera una coincidencia. Cosas del destino…
¿Me estaba diciendo que pensaba que estábamos destinados a encontrarnos? ¿Y que la gustaría que la buscase? Me alegró pensar eso, y mi sonrisa lo dejó claro.
- En verdad te buscaba. Tenía ganas de hablar contigo.
- ¿Sobre qué?
- Sobre cualquier cosa. Sólo quería verte.
Se acercó a mí y me abrazó. Le pasé un brazo por la cintura y apoyó la cabeza en mi hombro.
- ¿Y esto? –pregunté, sorprendido y encantado a la vez.
- Pues… Es que tengo frío.
Yo sabía que no era ésa la razón, al menos ésa era mi esperanza. No dije nada, únicamente disfruté del momento. Las ganas de besarla aumentaban por momentos…

*JONATHAN*
Al salir del trabajo me había marchado con el coche en la dirección opuesta a los demás. Quería ir a casa de Cristina para hablar con ella y que volviera conmigo.
Llegué a su casa y me abrió Lydia, quien se desilusionó al ver que no era Marcos. Me dijo que Cristina estaba en su habitación y recorrí el pasillo en aquella dirección. La puerta estaba cerrada, algo raro en ella.
Llamé a la puerta y no obtuve respuesta, por lo que abrí sin volver a llamar. Lo que vi hizo que comprendiera la razón por la que Cristina me había dejado. Estaba sin camiseta besándose con una chica que tampoco iba muy tapada.
El motivo de nuestra ruptura no había sido que yo no le gustase, sino que no la gustaban los hombres…
Me marché sin que se dieran cuenta de que había estado ahí. No me despedí de nadie, fui directo a mi coche.
Empecé a dar vueltas con el coche sin saber adónde ir y llegué cerca de la verja del parque, desde donde vi un chico y una chica abrazados en un banco. Entonces me di cuenta de que los conocía. Eran Marcos y Natalia.
- Qué suerte tienes, tío… Aprovecha estos momentos y no la dejes escapar. Es una buena chica aunque Aarón no se dé cuenta… Ahora es más tuya que suya.
Y me marché a casa, a hacer compañía a Eduardo, quien supuse que estaría solo.

*NATALIA*
En realidad no tenía frío, pero no quería que supiera lo bien que me encontraba en aquel momento, tan cerca de él. Tal vez fuera una especie de experimento, quería comprobar qué sentía junto a él, y estaba disfrutando de la experiencia.
Mi cabeza estaba apoyada en su hombro, y su cabeza en la mía. Nuestros rostros estaban separados por escasos centímetros y sentía su respiración sobre mi piel.
Entonces recordé algo.

*EDUARDO*
Oí un coche aparcando en el garaje. Pensé que sería Marcos, sin acordarme de que el suyo ya estaba aparcado, y quien entró fue Jonathan.
- ¿No estabas con Cristina? –le pregunté cuando se sentó.
- ¿Tú cómo sabes que iba allí?
- Me lo ha dicho Marcos, que lo has comentado mientras trabajabais. ¿Qué ha ocurrido?
- He ido hasta su casa, he entrado en su habitación y se estaba liando con una.
- Creo que te has equivocado. Querrás decir con uno. –dije, marcando bien la o.
- Sé perfectamente lo que he dicho, Edu, no me he equivocado. Se estaba liando con una chica.
- ¿Estaría borracha?
- No, no lo estaba…
- ¿Y quién era la otra chica?
- No lo sé, no la he visto bien….

1 comentario: