TUENTI

Queen of Darkness

ALIADOS EN LA OSCURIDAD

martes, 2 de febrero de 2010

Capítulo 18

*NATALIA*
*Dos horas antes… 10:00*
Me desperté. A mi lado se encontraba Marcos, durmiendo. Busqué mi ropa por el suelo y me la puse, a excepción del sujetador, ya que no lo encontré. Salí sin hacer ruido para no despertar a Marcos.
En el salón estaban Ana y Sara, desayunando con Jonathan y Eduardo.
- Buenos días –me dijeron, con sonrisas de burla en sus rostros.
Lo único que conseguí fue hacer un gesto con la cabeza.
- ¿Has dormido bien? –me preguntó alguien, pero el zumbido de mi cabeza no me dejó reconocer la voz.
- No lo sé…
- ¿Te acuerdas de algo?
- No, pero creo que sé qué ha pasado.
- ¿Dónde está Marquitos?
- En la cama, dormido. Y desnudo…
Oí cómo todas las risas se mezclaban…
- ¿Tienes hambre?
- Pues sí, la verdad…
- Ven, vamos a la cocina.
Desayuné y nos quedamos todos allí. Hasta que llegó Marcos…

*Vuelta a las 12:00*
- Me lo imagino… -había dicho Marcos.
“Yo también me lo he imaginado cuando le he visto durmiendo a mi lado. Pero cuando él se ha levantado estaba solo. ¿Cómo puede saber que era yo quien estaba con él? ¿Se acordará de algo?”
- Así que te lo imaginas… ¿pero recuerdas algo? –le preguntó Ana.
- Lo último que recuerdo es que estaba hablando con Natalia y que nos tomamos un par de copas juntos.
- Claro, un par de copas después de otros tantos pares que os habíais tomado cada uno por separado. Por eso hicisteis algo más que hablar…
- ¿Y Aarón? –preguntó Marcos.
- Se fue a casa. Él sólo se tomó una copa, pero de todas formas le llevó Edu, porque con el pie escayolado…
Me levanté y me fui al salón, lejos de las burlas y lejos de Marcos, pero esa distancia duró poco, pues me siguió.
Me giré y le miré a los ojos.
- ¿Qué quieres?
- Hablar contigo.
- No hay nada que hablar, Marcos.
- ¿No piensas hablar conmigo de lo que pasó anoche?
- ¿No te enteras o qué? Lo de anoche ocurrió porque estábamos borrachos. –dije, levantando demasiado la voz, lo que hizo que aumentara mi dolor de cabeza, y probablemente el suyo también.
- La que no se entera eres tú… -dijo de forma pausada- TÚ te acostaste conmigo porque estabas borracha, yo lo hubiera hecho aunque estuviera totalmente sobrio. Lo que pasa es que no te das cuenta… -dijo mientras se marchaba abatido.
Permanecí mirando el lugar por el que se había ido unos cinco minutos, hasta que sonó el timbre.
Nos habían dado permiso para movernos con libertad por la casa y, además, yo era quien más cerca estaba de la puerta, por lo que fui a abrir.
- Hola. –dije cuando vi quién era.
Cerró sus ojos del color de la esmeralda y suspiró antes de devolverme el saludo.
- Hola…
Me aparté de la puerta para que pudiera pasar y no la cerré hasta que Aarón y sus muletas estuvieron en el salón.
Pensé que iría a la cocina con sus amigos, pero cuando volví sobre mis pasos le vi parado, mirándome.
Me detuve a unos metros de él. La furia que emanaba de cada poro de su piel impidió que me acercase más, y lo mismo debió pensar Eduardo, quien había salido de la cocina para ver quién había llegado y enseguida volvió a entrar.

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