TUENTI

Queen of Darkness

ALIADOS EN LA OSCURIDAD

sábado, 6 de febrero de 2010

Capítulo 24

*ANABEL*
Mi madre había venido unos días de visita y se había quedado en mi casa, acaparándolo todo. Por fortuna su novio no la había acompañado. Llevaban juntos casi seis años, pero compartían piso desde hacía cuatro, que era cuando mi madre me había dejado de dar dinero. Hasta entonces yo era una niña mimada y consentida, pero al irse mi madre con él me había tenido que buscar la vida. Lo que antes tenía con sólo decírselo a ella, me lo tenía que pagar con el poco dinero que ganaba como niñera años atrás, pues a los catorce años no podía aspirar a mucho más. A los diecisiete habíamos discutido y me había echado de casa, por lo que me fui a Madrid a vivir, y es cuando conocí a Verónica y a Aarón.
Poco tiempo después, antes de empezar segundo de bachillerato, llegaron Lydia, Cristina y Ruth, amigas mías de Barcelona, donde vivía antes. De nuevo fuimos juntas a clase, y, aunque Verónica era dos años menos que nosotras, íbamos siempre con ella. Pronto mis amigas se fueron acercando más a Verónica y distanciándose de mí. Ella las comía el coco. Siempre me habían seguido a mí, pero desde entonces obedecían en todo a la hermana de Natalia, y, aunque lo negaban, iban todas a por mí… Por las tardes, mientras yo trabajaba, ellas salían juntas, y cuando podía salir con ellas, apenas me hacían caso. Al terminar el instituto su amistad se reforzó, y también salían por las mañanas, y yo, mientras tanto, trabajaba…
- ¿Anabel?
- Estoy aquí, mamá. En el salón.
Mi madre apareció por el pasillo y se quedó en la puerta, mirándome.
- ¿Hoy no trabajas? –me preguntó.
- No, hoy es mi día libre.
- Siempre has sido una vaga… Venga, vámonos de compras.
- Pero, mamá…
- ¡Ni pero ni pera! ¡He dicho que vamos de compras! Ah, y pagas tú…
- ¡Mamá! No tengo dinero casi ni para pagar el piso y el coche…
- Siempre te he dado todo lo que has querido y te he concedido todos tus caprichos. Voy a estar un par de días aquí, lo mínimo que podrías hacer sería llevar a tu madre de compras.
Y no me dejó opción de decir nada más. Cogió los abrigos y los bolsos y me tendió lo mío, esperándome.
Nos fuimos de compras y no volvimos hasta la una, con las manos llenas de bolsas de ropa. La verdad era que me lo había pasado muy bien. Hacía mucho tiempo que no me sentía tan unida a mi madre.
- ¿Y cuándo dices que te vas?
- ¿Ya quieres que me vaya o qué?
- No, no es eso… Sólo es por hablar de algo.
- Ya, bueno… Pues me iré el jueves probablemente. No quiero dejar solo a Juan mucho tiempo…
- Eh… ¿Quién es Juan?
- ¡Pero bueno! Llevo toda la mañana hablándote de él. Ya veo lo que me escuchas… Juan es mi novio, el hombre con el que llevo viviendo cuatro años, tú le conociste hasta que te viniste el año pasado aquí.
- Ah, vale. No me acordaba de su nombre.
Juan era un hombre divorciado que, en sus múltiples viajes de trabajo a Barcelona, se había enamorado de mi madre hasta el punto de irse a vivir a Barcelona por ella. Seguramente mi madre me había contado dónde vivía antes, pero yo no lo recordaba, sólo sabía que no era de Barcelona.

*NATALIA*
Comí sola. Ana y Sara comían cerca del trabajo, para no tener que ir y volver todo el tiempo. Marcos no podía traerlas, pues también trabajaba por la tarde, así que comían juntos.
Por la tarde me puse a ver una película que echaban en la televisión y que ni siquiera sabía de qué iba, de lo que tampoco me enteré después de verla.
Cuando se acabó la película decidí ir a dar una vuelta.
Después de un rato paseando llegué al parque y entré. Me senté en un banco cualquiera y observé a los niños jugando. Tres niñas saltaban a la comba mientras tres niños dejaban de jugar al fútbol para mirarlas. De vez en cuando pasaba un grupo cerca de mí, jugando a pillarse.
Por otro lado una niña se columpiaba y un niño bajaba por el tobogán y, justo al lado, un niño y una niña hacían un castillo de arena.
Sonreí recordando mis tardes en el parque junto a Aarón, pero pronto esos recuerdos empezaron a mezclarse con imágenes de Marcos e imágenes de nosotros besándonos. ¿Estaba recordando la noche de la fiesta o sólo era mi imaginación, que inventaba momentos con Marcos para competir con los momentos con Aarón? Yo seguía enamorada de Aarón, no podía negarlo, pero él… No tenía claro qué sentía él por mí. Cuando había vuelto se había enfadado restregándome en la cara que tenía novia, y luego se enfadaba tras haberme visto con Marcos, recordándome lo que yo le había dicho, palabra por palabra, sin fallas ni una… “Quería volver al pasado, a la parte en la que estábamos juntos” Se acordaba completamente…
Por otra parte estaba Marcos, que tampoco tenía claro qué sentía por mí. Tal vez él lo tuviera claro, pero yo no. Además, yo comenzaba a mirarle con otros ojos, sentía algo al verle, pero ¿se puede estar enamorado de dos personas a la vez? ¿Era amor lo que sentía por Marcos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario