TUENTI

Queen of Darkness

ALIADOS EN LA OSCURIDAD

sábado, 22 de mayo de 2010

Capítulo 45

*VERÓNICA*

Me había fugado del instituto y estaba dando una vuelta por la zona. Entonces me di cuenta de que había llegado al barrio en el que vivía mi hermana, y de que allí se encontraba aparcado el coche de Marcos. En la acera de enfrente había otro vehículo que creía conocer, pero no sabía de qué.

Me senté en un banco que había allí y quedé oculta por ese coche que me resultaba familiar, por lo que si mi hermana se asomaba no me vería.

No llevaba mucho tiempo cuando la puerta del portal se abrió al otro lado de la calle. El novio de Natalia salió con una sonrisa de oreja a oreja y se montó en su coche negro antes de marcharse a gran velocidad.

*NATALIA*

Me había despedido ya de Marcos, a la puerta de la casa, cuando volví a mi habitación, aún sin vestir. Entré y junto a mi cama se encontraba Aarón, quien ya se había puesto la ropa y me miraba con enfado.

- Ya he visto lo bien que te lo has pasado… -miró su reloj- Las doce y media… Una mañana completa, ¿eh Natalia?
- Aarón…
- No, no te preocupes. Ya me voy acostumbrando a que todos hagan conmigo lo que quieran… No es ninguna sorpresa.
- No he podido hacer nada, ha sido él…
- Sí, claro, ya he visto lo mal que estabas, te ha obligado a desnudarle y todo.
- Es mi novio –le recordé.
- ¿Y yo qué soy?
- Tú no eres nada…

Fui consciente enseguida de que había sido muy brusca, pero en sus ojos no había nada que me indicase su estado de ánimo.

- No soy nada… Pues yo que tú revisaría el marco de la puerta, que creo que lo ha astillado con los cuernos…

Pensé que se iba a marchar enfadado y no volvería a acercarse a mí. Sin embargo, me acarició la mejilla y me besó suavemente en los labios antes de dejarme sola en mi habitación e irse.

*VERÓNICA*

Estaba a punto de levantarme del banco cuando la puerta volvió a abrirse. Fue en ese momento en el que me di cuenta de que sí conocía al dueño del coche rojo que tenía frente a mí.

Aarón no salía con la felicidad que mostraba Marcos unos minutos antes, sino que parecía algo enfadado. Por la ventana del piso más bajo vi a mi hermana asomada observando la marcha de Aarón.

Me escondí detrás de unos arbustos que había cerca del banco y oí el coche arrancar e irse. Salí de mi escondite y me fui, sin pararme siquiera a comprobar si Natalia seguía en la ventana.

Llamé a Anabel para preguntarle cuándo nos podríamos ver y me indicó que estaba en su casa en ese momento. Veinte minutos después me encontraba llamando al timbre.
Pasé al interior y empecé a hablar.

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